FINCA BARAHONDA CASA DE TORREGROSA

Una historia generacional de mas de 150 años.

La finca Barahonda Casa de Torregrosa, en cuyos terrenos se cultiva la aceituna que constituye la materia prima del aceite de oliva virgen extra “Olivares de Barahonda”, y se alza la imponente y moderna almazara en la que se elabora el citado aceite, tiene una gran tradición familiar que durante siglos ha pasado de padres a hijos, y que llega a nuestros días gestionada por Carlos Torregrosa Ortuño, nieto del fundador, y por su hija María Jose Torregrosa Contreras.

El origen de la finca tiene lugar a finales del siglo XIX, cuando Don José Pascual Ortuño, abuelo del actual propietario de la finca, Carlos Torregrosa Ortuño, decidió comprar a Don Eugenio Espinosa de los Monteros, Barón del Solar e icono de Jumilla, el coto de caza de unas 3.000 hectáreas, que éste último tenía en un paraje denominado Barahonda, situado a unos 25 km de Yecla y a unos 30 km de Jumilla.

El valle de Barahonda abarcaba desde el monte de la Umbría hasta la Sierra de los Ladrones, y estaba totalmente poblado de miles de pinos silvestres. Tanta extensión de terreno no era rentable para la afición de la caza mayor y menor (que era el uso del terreno que le dio el Barón del Solar), y Don José Pascual Ortuño decidió convertir el coto en tierras de cultivo.

Los primeros trabajos se iniciaron a finales del S XIX, alrededor de 1880, y dada la ausencia de maquinaria en aquella época, los pinos fueron talados a mano y las raíces fueron sacadas de la fértil tierra con 50 pares de mulas y unos 50 caballos.

Una vez preparado todo el terreno, que llevó unos 5 años, Don José Pascual Ortuño empezó a plantar las tierras con cultivos acordes a la altitud del terreno (1.000 metros sobre el nivel del mar), y a las temperaturas extremas propias de la zona del altiplano, muy bajas en invierno y elevadas en verano. Tales cultivos fueron el viñedo de la variedad de Monastrell (viñedo autóctono de esta región), cereales (avena, cebada y trigo) y olivos.

De esta forma, Don José Pascual Ortuño consiguió convertir las 3.000 Ha de terreno improductivo en una finca fértil y productiva dando trabajo a cientos de trabajadores y colonos, y consiguió que a principios del S XX la finca Barahonda fuera una gran finca de renombre y respeto, con cultivos muy cuidados y con cosechas, sobre todo de la uva Monastrell, que aún hoy en día, son altamente valoradas para la elaboración de grandes vinos de la denominación de origen de Yecla y Jumilla.

En la década de los años 90, la finca Barahonda Casa de Torregrosa pasa a ser propiedad de Carlos Torregrosa Ortuño, por disposición testamentaria tras el fallecimiento de su madre, y es cuando asume la gestión y administración de las tierras.

Durante más de 150 años, el cultivo por excelencia ha sido el de la uva de la variedad Monastrell. Pero la agricultura depende, en gran medida, de las condiciones climatológicas, y los daños a los cultivos que los fenómenos meteorológicos pueden causar, plantearon la necesidad de diversificar la actividad agrícola de la finca.

ACEITE DE OLIVA VIRGEN EXTRA OLIVARES DE BARAHONDA

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EL OLIVAR CULTIVO Y COSECHA PROPIA

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Esa necesidad, unida a la pasión de Carlos Torregrosa por el aceite de oliva virgen extra, motivó la puesta en marcha del proyecto “Olivares de Barahonda”, que inició con una plantación de 120.000 olivos de diversas variedades (arbequina, picual, cuquillo y cornicabra), y que culminó con la construcción, en el año 2.015, de una almazara, dotada de maquinaria de última tecnología, y con una capacidad de molturación de 4/5 millones de kilos de aceituna por temporada. Todo ello manteniendo el cultivo de la vid que sus antepasados iniciaron.